domingo, 24 de abril de 2016

¡Oh Xana! ANA LUCÍA.

.. Joooo...

¡Oh, Xana!

Desaparecéis por obra misma de tu encanto... mas has olvidado recoger la enagua... ceo que asoma por los bordes de vuestra imaginación y sonríe ante el Trasgo cuando toca la flauta en nuestra habitación interior... Él os mira esperando nuevas órdenes, mientras, peináis vuestra ideas, sobre el lomo desnudo de nuestro yugo, acosador sexual al que convocáis a un retiro voluntario, cuando el pobre está encarnado feliz en nuestros cuerpos, mentes y espíritus...

¡Oh, Xana!

Cómo susurra vuestro traje de encanto fascinado cuando te paseas entre nosotros para repartir vuestro peso entre todos, simples mortales... sin embargo, os inclináis sobre nosotras, las hembras, para que en ese acoso no comamos un trozo del pan de cuatro picos.

¡Oh, Xana!

Toda la magia no puede luchar ante los embrujos de tu gracia, los sometes, por eso acá me tenéis bajo tu mando, en mi propio mundo, vagabundo, cantando y bailando la sunga, como la gata candunga, riendo como los primeros rayos del sol sobre la montaña verde de mi Valle o de tu Asturias, como una araña tejiendo sus hazañas como el Gran Homero -pero en miniatura, no os ofendáis por el abuso al nombrar a semejante poeta-.