Vagué por el firmamento
en busca tu sombra hallar
y mira tu por donde
llamando a mi puerta estás.
Anduve errante siglos,
cruce ríos y montañas,
busqué en todos tus castillos
en ninguno, mi conde, estabas.
En tus cruzadas recientes
te quedaste en la nada
dejándome llorosa, apesadumbrada
de no encontrar tu cuerpo en la batalla.
Pasa a mi casa, amado,
bienvenido a mis brazos,
invitado quedas a pasar esta noche
algunas más, contar tus historias
en tan largo caminar.
Heme aquí, bella dama
Recorriendo tus letras
Saltando en cada verso tuyo,
tus palabras magistrales.
Toco la puerta de tu alma
Abres la ventana de tus ojos
Y dos gotitas de cristales
Renacen como perlas
Son tus ojitos soñadores,
Que lloran de alegría
Porque desde la lejanía
Hoy vuelvo a ti. . .
NOVATO.
